Los animales vienen a nosotros porque tienen algo que enseñarnos y un poder que generosamente están dispuestos a compartir. Cada animal tiene su específico mensaje de poder y cada uno de ellos representa una particular medicina, como nos han enseñado los indígenas.
Además, la figura del animal nos pone en contacto con nuestra parte más instintiva representada por la voz del animal interior. Un animal que se nos presenta como un guía de poder y nos orienta en nuestro camino por la vida. Nos proporciona recursos significativos y nos empodera desde dentro. Nos abre las puertas a la intuición, a las corazonadas, a las sincronías, a las lecturas que van más allá de lo literal. Y a entrar en conexión con los varios mundos en los que vivimos más allá de lo visible y lo tangible.