El Canto chamánico es un canto de poder que atraviesa el mundo sutil y sirve para comunicarse con espíritus o entidades de otras dimensiones. Contacta, por tanto, con energías sutiles y puede llegar a curar.
El canto chamánico y la voz libre
El canto chamánico lo podemos encontrar en aquellas manifestaciones de voz libre en que la persona cantora trasciende el mundo melódico y se adentra en mundos o dimensiones distintas de la realidad conocida. Al oyente le transmite igualmente la posibilidad de viajar a esas insólitas dimensiones.
Voces rotas y sonidos no armónicos como puertas de acceso al canto chamánico
Es sabido que los chamanes utilizan sus cantos para curar, cantos que les permiten entrar en contacto con espíritus o entidades que les proporcionan el conocimiento buscado o la curación misma. A menudo los chamanes no son gente con voces afinadas. Precisamente sus voces rotas podrían acceder con mayor facilidad a estos mundos paralelos.
Un arqueomusicólogo, investigador y constructor de instrumentos prehispánicos, Esteban Valdivia, me dijo que construía un instrumento formado por dos flautas unidas afinadas en un sonido casi igual (con un semitono de diferencia más o menos). Al soplar esa peculiar flauta surge un sonido estridente o desarmónico. Y es precisamente ese sonido particular el que permite rasgar ese sutil velo de la realidad. Era una flauta prehispánica encontrada en sarcófagos y tumbas funerarias precolombinas y usada por chamanes en sus ritos de curación. Por supuesto, este instrumento sonará muy diferente si se utiliza en modo estético-virtuoso o en modo chamánico.
¿Qué caracteriza al canto chamánico?
Esto me hace pensar que el canto chamánico puede estar constituido más por sonidos onomatopéyicos, rítmicos, de animales… que por melodías cantables y pegadizas, más típicas de los cantos medicina. (Aconsejo ver este video de Esteban Valdivia que comento en mi fb)
A veces me he encontrado con personas que me han contado cómo han dado, en su exploración libre de voz, con un sonido particular que al repetirlo les hacía sentir sensaciones muy especiales, al mismo tiempo que les permitía incluso enajenarse de la realidad al entrar en un espacio atemporal.
¿Cuál ha sido mi experiencia con el canto chamánico?
Yo misma puedo atestiguarlo desde mi propia experiencia. A menudo he sentido a través de sonidos guturales o de animales, surgidos en experiencias particulares de conciencia alterada, que se me abrían mundos y realidades no conocidas, en los cuales podía sentir al mismo tiempo una gran pertenencia. En otras ocasiones, explorando y repitiendo un único sonido o pequeños conjuntos de sonidos casi sin darme cuenta entraba en un estado de trance. Si además esta exploración tan instintiva la hacía en medio de un entorno de naturaleza, la experiencia era inolvidable.
De hecho, en mi taller de «La voz de tu animal interior» justamente a partir de esta experiencias, invito a las personas a entrar en trance a través de exploraciones de sonidos de animales aunque no se sepa bien qué animal se esté haciendo. Casi siempre las personas quedan maravilladas ante los sonidos que surgen de su interior y que les transportan a ciertos estados desde donde pueden canalizar recursos y facultades.
¿Qué permite acceder al trance chamánico?
Un elemento importante para acceder especialmente al trance chamánico es el ritmo repetitivo de un tambor o maraca, que se convierten en una llave para entrar en esa dimensión de conciencia alterada. En este sentido, la parte consciente queda «entretenida» con ese ritmo repetitivo, abriendo así la puerta a la dimensión del inconsciente. Desde el punto de vista neurológico, sabemos que al cerebro le gusta lo nuevo, tiende a buscar experiencias distintas a las habituales. Es precisamente el ritmo repetitivo de la percusión lo que le puede distraer de su aspecto más cognitivo y racional. De esta forma se deja el campo libre a lo nuevo, que en este caso ofrecería la posibilidad de adentrarse en otros niveles de conciencia. Lo que podríamos llamar el viaje chamánico.
En este sentido Canto y tambor chamánico, voz y tambor lideran un viaje iniciático, un viaje interior hacia el origen de nuestra existencia, nuestra verdad más profunda, nuestra verdadera naturaleza.