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En este taller vamos a cantar el animal interior explorándolo desde un espíritu dionisíaco y de placer, a través de sonidos espontáneos que nos recuerden a sonidos de animales. No se tratará tanto de hacer sonidos de animales conocidos cuanto de explorar libremente sonidos y movimientos de animales que ni sabemos tal vez qué son.

Desde una exploración lúdica, corporal y física a través de sonidos extraños y su repetición, podemos experimentar y entrar en contacto con ciertas energías de animales. La entrega libre y espontánea a esos sonidos inducirá un cierto trance que permitirá el acceso a una comunicación interior con el animal. Los animales que vayan apareciendo en el proceso pueden ser sentidos como animales que acompañan en un periodo de la vida o animales de poder que pueden tener algo que decirnos.

Casi todas las culturas indígenas han percibido siempre a los animales como aliados y han invocado siempre su poder vistiendo sus pieles o sus máscaras, mimando sus movimientos y elevando sus plegarias en agradecimiento por el alimento que representaban para su tribu o clan. Estos actos rituales permitían mantener el vínculo con el espíritu de los animales, aceptando su poder y las enseñanzas que ellos ofrecían. Especialmente han representado protección y guía para el chamán, sea en el reino físico que en sus viajes a los mundos sutiles.

También a nosotros se nos van apareciendo los animales en diversas formas sutiles, a veces en los sueños o en estados expansivos de conciencia.

Los poderes atribuidos a un animal que se nos pueda presentar sutilmente son inspiración para desarrollar actitudes y comportamientos, valores, objetivos en la vida… Cada arquetipo animal conlleva en si mismo un poder ancestral, siendo un espíritu arcaico más allá de sus dimensiones.

Cada persona tiene su animal y es posible que varias personas compartan el mismo animal tal vez con diferentes significados. Puede acompañarnos toda la vida o tal vez un corto periodo según lo que tengamos que aprender de él.

Los animales vienen a nosotros porque tienen algo que enseñarnos y un poder que generosamente están dispuestos a compartir. Cada animal tiene su específico mensaje de poder y cada uno de ellos representa una particular medicina, como nos han enseñado los indígenas.

Además, la figura del animal nos pone en contacto con nuestra parte más instintiva representada por la voz del animal interior. Un animal que se nos presenta como un guía de poder y nos orienta en nuestro camino por la vida. Nos proporciona recursos significativos y nos empodera desde dentro. Nos abre las puertas a la intuición, a las corazonadas, a las sincronías, a las lecturas que van más allá de lo literal. Y a entrar en conexión con los varios mundos en los que vivimos más allá de lo visible y lo tangible.