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Conectar con lo divino a través del canto devocional

Reconocer el estado devocional

Conectar con lo divino es algo que hacemos muchas veces sin apenas darnos cuenta.

Cuando estamos en silencio y nos escuchamos internamente, cuando vaciamos todo el ruido de nuestra mente, y más si estamos en un entorno de naturaleza, es más fácil que aparezca una sensación de conexión con lo divino, con lo trascendente y misterioso de la vida.

Que lo llamemos Dios, Diosa, energía cósmica o sagrada no importa tanto, es muy cultural y cada cual puede elegir lo que mejor resuene en su interior. Según Claudio Naranjo, Dios es una personificación de lo sagrado, cercano a la experiencia de la totalidad.

Es muy común que nos maravillemos delante del mar o en lo alto de una montaña y nos sobrecoja un estado de unidad con todo.

También es común atravesar periodos de sufrimiento y dolor que producen fuertes crisis donde parece tambalearse o caerse todo. Curiosamente es una de las categorías que Steve Taylor en su maravilloso libro “Salir de la oscuridad” indica como vías de iluminación para algunas personas que han tocado fondo y se han entregado a ello sin oponerse a la vida.

Detrás de todas estas experiencias puede surgir un estado devocional, de asombro, inocencia y admiración.

Pero, ¿en qué consiste la devoción?

Claudio Naranjo decía que la devoción no necesita inventarse, ocurre porque hay una sed genuina de SER y la sed sabe del agua, por eso uno se pone a buscar. Habla también de cómo los orígenes del sacrificio fueron muy sagrados. Y en este sentido, la devoción tiene que ver con el autosacrificio, el sacrificio del ego.

Por tanto, una devoción bien entendida es como hacerse nada.

Una vez Chögyam Trungpa le dijo a Claudio: «Santifícalo todo, hazlo todo sagrado, porque no lo es.» Las cosas sin que las santifiquemos no son santas. Con ello indicaba que necesitamos desarrollar esa capacidad de bendecir.

Entonces, el acto amoroso ante lo divino tiene que ver con hacerse nada. Por eso, una verdadera actitud devocional atiende más al dar que al pedir.

El arte del sacrificio a través del canto

Marius Schneider, etnomusicólogo de relieve del siglo pasado, estudió los Vedas en la música. Cuenta cómo al inicio de la Creación hubo una gran lucha competitiva entre dioses y titanes. Relata que hubo una guerra cósmica en la que ganaron los dioses porque conocían el arte del sacrificio a través del canto.

¿El sacrificio por el canto? Recordemos que la tradición védica es la tradición de los mantras.

El hecho de cantar mantras puede entenderse entonces como un sacrificio porque es un acto donde desaparece el cantor. Esa entrega tan completa del cantor a lo que canta resulta un acto de adoración donde se canta para desaparecer. Ese acto es tan entusiasta que proyecta todo su valor en eso, uno se hace nada en eso, nace en Dios, desde su mirada, e inspira la vida desde esa vivencia.

Algunas formas de Canto devocional tradicionales

Llegamos al tema principal que nos ocupa.

Como hemos visto, los mantras serían una de las formas más antiguas de canto devocional más ligado a tradiciones hindúes y también budistas tibetanas, donde se busca el trance a través de sus ritmos repetitivos y enérgicos. Sus breves frases repiten el nombre de una divinidad o deidad o atributos de la divinidad con los que se sintoniza.

También existe el canto gregoriano con raíces en los primeros siglos del cristianismo. Su melodía simple y de una sola voz logra transmitir una sensación de calma y serenidad, propicia para la meditación, la contemplación y el recogimiento.

El Gospel, originario de la tradición cristiana afroamericana, es otro estilo de canto devocional caracterizado por su alegre y extática emotividad, sus armonías vocales y sus mensajes de esperanza.

El Qawwali asociado con el sufismo musulmán pakistaní combina música y poesía para transmitir mensajes espirituales. Se estructura en forma de preguntas y respuestas que crean una dinámica energética y participativa. También esta forma permite una amplia libertad de improvisación y exploración vocal que resaltan el contenido de la poesía. A menudo se combina con movimientos rítmicos y danzas sutiles que crean una celebración festiva que busca trascender los límites llevando a un estado de trance y éxtasis donde se puede experimentar una unión mística con lo divino.

¿Puede ser el canto libre un canto devocional?

Según mi experiencia:

  • El canto libre es un canto consciente sin palabras inteligibles
  • No tiene intención estética pues su belleza reside en la verdad de lo que se expresa
  • Permite traducir y expresar fielmente los paisajes emotivos internos
  • Permite transitar por diversos estados emocionales a la vez
  • Ayuda a transformar las vivencias y por ello puede ser sanador y terapéutico

Por supuesto también creo que el canto libre puede ser una forma genuina de expresar conexión con lo divino.

El estado devocional no siempre se asocia con palabras. Cuando la mente se calla no importa el lenguaje para expresar sentimientos. Las entonaciones de la voz y sus matices sonoros crearán un escenario para que los contenidos más profundos de nuestro ser se explayen sin censura, directamente desde el corazón.

¿Cómo prepararse internamente para el canto libre devocional?

Me parece perfecta la actitud aconsejada por Claudio Naranjo del “cantor que desaparece”.  Se trata por tanto de dejar caer la máscara del ego, la censura y el juicio.

Tiene que ver entonces con aceptar la propia voz y su canto libre como la mejor forma de expresión y conexión con lo divino.

Cantar a lo sagrado desde el canto libre, entonces, es una forma de expresión personal que permite relacionarse con lo divino a través de la improvisación vocal.

Es una práctica personal y única sin reglas estrictas a seguir y que mira hacia la expresión auténtica del propio sentir con lo divino.

Para ello es importante conectarse con la intención de cantar a lo sagrado, buscando en el propio interior esa relación espiritual con un ser divino o con la misma naturaleza. Tomarse un tiempo de escucha interior será el primer paso para conectar con esa intención que guíe el propio canto.

El canto libre invita a explorar y fluir con la música sin restricciones de ningún tipo. La actitud de dejarse llevar y elevar por la voz espontánea y los sonidos libres sin seguir una estructura o letra definida va a permitir una mayor conexión interior con lo sagrado. Al mismo tiempo será útil dejar que la voz exprese las emociones y sentimientos del momento. Pues para dejar la ventana abierta por si Dios quiere entrar, conviene vaciarse primero.

Te lo expreso mejor con esta poesía que me surgió delante del mar el otro día:

Me dejo caer como la ola en el mar,

me despojo de mis ropas.

Cuando todo cae

y tan solo una chispa de luz en una gota queda

y se funde en la inmensidad del mar,

yo me estremezco…

entonces 

solo entonces…

canto

Personalmente he participado muchas veces de rituales de canto sufí, de kirtan, latihan, dikr…, y conozco bien su alcance espiritual. Las considero prácticas bellísimas y muy poderosas.

Con todo, nunca me conecto tan profundamente con lo sagrado y el misterio de la vida como cuando canto de forma libre y espontánea dejando que sea mi corazón conectado con mi alma el que se comunique.

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